Quetzal
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A medida que he ido profundizando en el café Quetzal, he identificado una constante en cada una de sus cualidades: la serenidad.
Bien por la naturaleza de la variedad pacamara, bien por la lentitud en la conformación del fruto, la sutileza permanece tanto en olfato como en boca.
En su fragancia intensa, encontré el dulzor que desprende la chirimoya. En boca se muestra suave encontrando la almendra caramelizada.
Lo consideramos adecuado para elaborarlo en cafetera italiana, máquina espresso, Aeropress, filtro y súperautomática. Preferiblemente sin leche o bebidas vegetales.
Pacamara
1700 msnm
Panamá
250g
+86,25
Lavado
Pacamara
1700 msnm
Panamá
250g
+86,25
Lavado
Quetzal café de Panamá
El café Quetzal procede de los cafetales situados en las faldas del volcán Barú, dentro de la finca Lorayne en el municipio de Boquete.
Aquí, los vientos que soplan sobre las montañas desde el norte crean una fina niebla llamada bajareque, que actúa como un tremendo acondicionador de aire, ralentizando la maduración de las cerezas de café y contribuyendo al desarrollo de finos cafés.
Los Ngäbe-Buglé, son los encargados de su recolección.
Las hábiles manos de los indígenas Ngäbe-Buglé son las encargadas de escoger las cerezas de café.
Su experiencia durante décadas trabajando el café, les ha hecho desarrollar técnicas eficientes de recolección que garantizan la correcta selección de la cereza madura.
El café en Panamá
Panamá es un territorio donde se cultivan algunos de los mejores y más caros cafés del mundo.
El café llegó a Panamá en 1742 y como sucedió en otros países de la zona, lo hizo desde las Antillas Francesas, concretamente, en este caso, desde la accidentada isla de Martinica.
No fue, sin embargo, hasta 1780 que se registró, por primera vez, la siembra del café en territorio panameño. El pionero fue el colono Pedro Antonio de Ayarza quien, entre la década de 1780-1790, plantó algunos cafetos en Portobelo.
A pesar de su empeño y esperanzas en aquella empresa, Ayarza pronto se dio cuenta de que aquella no era un área óptima para el cultivo y no fue hasta la segunda década del siglo XIX que el café comenzó a sembrarse en otros territorios del istmo, está vez sí que con buenos resultados.
Entre 1808 y 1810 se registró, por ejemplo, una siembra bastante exitosa en las montañas de la provincia de Coclé por parte de los ancestros de la familia Carles, comerciantes de origen español, y poco después, el cultivo se fue expandiendo a diferentes montañas del territorio nacional.
En las primeras décadas del siglo XX ya se producía café en diferentes puntos del país, y se exportaba a Alemania y Estados Unidos, donde era especialmente apreciado.
Debido a circunstancias internacionales de la época, se deprimieron los precios y complicaron las exportaciones, por lo que el negocio del café se vio muy perjudicado.
No fue hasta la década de 1960 que el café recobró su papel como producto comercial en Panamá.
En 1996 se fundó la Asociación de Café Especial de Panamá (SCAP).
Tras su creación puso en marcha una campaña para promover la calidad en la producción de café y animar a los productores a buscar permanentemente una mejor taza.
Se instauró también el concurso del Best of Panama (BOP), lo que permitió que el café panameño empezara a ser reconocido en el mercado internacional, en el segmento del Café de Especialidad, como uno de los mejores del mundo.