Hablar de Marcala es hablar de café de calidad, de café de altura y de una profunda tradición ligada a este cultivo. Esta tradición se forjó en más de un siglo de estrecha relación con esta planta y su fruto prodigioso. Los marcalinos afirman que llevan el café en la sangre.
El café, sin duda, es parte esencial de la cultura de los habitantes de Marcala.
En Marcala, el período de recolección y procesamiento del grano del café, que transcurre en noviembre, diciembre, enero, febrero y marzo, se caracteriza por el movimiento de la gente y la presencia de vendedores que, con sus productos y baratijas, llenan las plazas y mercados del municipio, asemejándolas a un mercado persa.