Hay consenso en Colombia, en que el suyo es el mejor café del mundo. Y, dicho así, hay quién podría encontrar soberbia en esta afirmación.
Sin embargo, en mí provoca admiración hasta qué punto esta bebida es considerada de culto y forma parte de la identidad del país.
Porque el café en Colombia es un sentimiento.
Y, la verdad, que viviendo en Colombia uno se da cuenta de la función social que ejerce el café, como bebida, en una colectividad de culturas diversas y realidades diferentes singularmente profundas. Donde, además, las crecientes polarizaciones políticas llevan a rozar la intolerancia entre los ciudadanos.
Pero aparece el café. Una bebida capaz de sentar en torno a una mesa a la gente y olvidar esas diferencias.
Y eso para mí, ya es un motivo más que suficiente para que el pueblo lo considere como el mejor café del mundo.
Los caficultores colombianos se organizan como gremio
La importancia que estaba cobrando el café, como producto agrícola, en la economía de las familias colombianas, llevó a los caficultores a organizarse como gremio.
En el año 1927 constituyen la Federación Nacional de Cafeteros de Colombia (FNC), que es sin duda, el hito que ha hecho que el trabajo de sus caficultores goce de fama y esté acreditado a nivel mundial a través del café de Colombia.
Podríamos decir que la FNC es el baluarte que contribuye al bienestar de la familia caficultora, fortalecimiento de la industria y a que a día de hoy el café forme parte de la atmósfera cultural de Colombia.
Las acciones llevadas a cabo por la FNC giran en torno a tres ejes:
-Familia caficultora: garantizando la compra de la producción de café, asesorando en las buenas prácticas de cultivo y procesos pos cosecha. Además, cuenta con planes de ayudas escolares y financiación.
-Investigación: En 1938 creó el Centro Nacional de Investigaciones del Café (CENICAFÉ). Referencia a nivel mundial en la investigación, estudio y desarrollo de variedades, prácticas agrícolas y prevención activa y tratamiento de plagas.
-Comercialización: En 1959 surge la idea de poner rostro en los mercados al café de Colombia. Así en 1960 nace el personaje Juan Valdéz que junto a su mula Conchita recorren el mundo representando la identidad cafetera colombiana.
Además la FNC cuenta con delegaciones comerciales, a modo de embajadas del café de Colombia, en mercados clave del mundo.
Características del café de Colombia
Las variedades de grano que encontramos en los cafés de Colombia son en mayor medida: Caturra, Castillo, Tabi.
Aprecio y privilegio las variedades Borbón, Typica y Maragogype. Menos habituales en la caficultura colombiana por factores ligados a vulnerabilidad ante las plagas y menor productividad.
Tradicionalmente Colombia ha portado el estandarte de la producción cafés suaves lavados.
Hoy este tipo de café sigue siendo el más extendido, aunque en los últimos años han surgido cafés de procesos honey o natural.
Esta apertura a nuevos tratamientos pos cosecha ha ampliado el abanico de perfiles organolépticos del café de Colombia.
Yo disfruto, con el café colombiano de proceso lavado, suave, afrutado con base a azúcar de caña y tonos a limoncillo.